Balance final: reflexión

Reflexión final

¿Cómo se ve usted en 15 años a nivel personal y profesional?

¿Cómo se imagina a Colombia dentro de tres décadas?


    A nivel profesional, en 15 años, me veo con mis estudios ya completos. Me encantaría tener la oportunidad de hacer una especialización, maestría y doctorado en mi área profesional o afines (Microbiología industrial). Soy consciente que en 15 años puede que la parte profesional de posgrado, precisamente, no se finalice en ese periodo de tiempo, aun así, tengo la motivación de continuar mis estudios tras finalizar mi pregrado. Asimismo, me veo trabajando en el sector investigativo y de laboratorio, especialmente con énfasis en el sector ambiental y de alimentos.

    A nivel personal, de manera muy sincera, espero tener un sustento económico establecido para poder financiar todos los gastos relacionados a mi sobrevivencia en mi independencia. No tengo motivos, bajo ninguna circunstancia, traer más seres humanos a este mundo. Pero sí estoy dispuesto a acoger, cuidar y darles el hogar que se merecen a los animales no humanos (designados a la compañía del ser humano) -y otros-.

Tras el repaso constitucional e histórico de Colombia, imagino a este país posicionado en un criterio principales:

  1. Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
El primero punto, destaco que Colombia cuenta con todo el potencial para sobresalir en este ámbito. Pero ¿por qué? Aparte de lo que he aprendido en clase de constitución, también cuento con una clase llamada "Gestión de empresas de base biotecnológica" que permite comprender el trasfondo que existe de las empresas emergentes en el sector biotecnológico del país.

Desde la primera aparición del término “biotecnología” hace más de 100 años, acuñado por el ingeniero agrónomo húngaro Karl Ereky en 1919, ha sido crucial para alcanzar el desarrollo a nivel mundial. Sin embargo, este crecimiento exponencial económico y tecnológico parece solo aplicar a los países cuyo nivel de desarrollo se refleja en la proporción que se le da educación de alta calidad, excelente calidad de vida, bajos niveles analfabetización y demás; que sin duda alguna, hacen parte del crecimiento. Pero, existen casos excepcionales que, pese a que no cumplen con los estándares de “desarrollo” que dictan las Naciones Unidas, hay países que logran marcar un hito en el avance biotecnológico, apoyado en la economía misma de la nación. Te quiero contar cómo Colombia, si ignoramos agresivamente factores trascendentes del mismo, podría llegar a convertirse en potencia en el ámbito biotecnológico.   

Ahora bien, como había mencionado anteriormente, es apresurado afirmar que solamente los países con dichos elementos son los “únicos” que llegan a crecer exponencialmente en el sector biotecnológico. En Colombia, existen políticas que apuntan a una “bioeconomía sostenible” dado el apoyo a las empresas de base biotecnología. Se entiende por bioeconomía como la transición de políticas “tradicionales” a aquellas que engloban la sostenibilidad, la innovación, el crecimiento de energía sostenible (bioenergía) y servicios ecológicos asociados a la preservación de todos los organismos. Para ello, se desarrollan productos o equipos, como los fármacos o enzimas, que tienen aplicaciones industriales y medicinales, con el objetivo de mejorar la tolerancia y la resistencia del organismo en condiciones adversas, así como también disminuir las alergias y toxicidad. 

Entonces, ¿Cuáles son las políticas para el apoyo a las empresas de base biotecnológica en Colombia? Se encuentran los documentos del Conpes, este órgano es la máxima autoridad nacional de planeación porque se desempeña como un organismo asesor del Gobierno colombiano en todos los elementos relacionados de la dirección económica y social, entre ellos se encuentra precisamente, la gestión y el apoyo a estas empresas biotecnológicas. Sumado a esto, está la Ley 1951 de 2019 que otorga apoyo financiero a todas las empresas que sean de base biotecnológica.

Un claro ejemplo de una empresa colombiana de innovación y desarrollo, apoyado por estas políticas y de la Pontificia Universidad Javeriana, es PhairiLab. Esta empresa elabora fitomedicamentos antitumorales como coadyuvantes en el cáncer de seno. Por otro lado, se encuentra BioAllpa también empresa colombiana, se dedica a la producción de productos facilitadores del crecimiento vegetal y transformación de residuos. Es pertinente mencionar que estas empresas no crecieron en unas cuantas semanas, sino que tardaron años en consolidarse por la necesidad de recursos, tecnología y tiempo. Ahora, no son solamente las políticas las que están al frente para apoyar estas empresas financieramente , sino que existen órganos encargados de guiar a estas empresas en el manejo de su propio emprendimiento, tal como lo hace iNNpulsa Colombia.

Por otro lado, es importante destacar que ésta “nueva” forma de economía no solamente se basa la creación de productos o funciones de forma irregular, es decir, “producir por producir”; detrás de todo bio-producto hay una investigación y unas normas que se deben cumplir tanto en el momento que se idea el producto, como al final cuando sale al mercado. Esto sucedió con EBIC (Consejo de industria bioestimulantes europeos), el parlamento Europeo vio la necesidad de aprobar una regulación en el desarrollo y mercado de bioestimulantes.

A todo esto, ¿porque aún en Colombia vemos que para que un emprendimiento llegue a la cima, es bastante complejo? En pocas palabras, todo se resume a los aspectos financieros y factores organizacionales. En el sector financiero, la generación de ingresos suficientes para subsistir y la gestión de las finanzas suelen desordenarse, mezclarse y perderse, logrando así que un plano financiero no de resultados. Por el lado de la gestión organizacional, la falta de inversionistas o socios, que son indispensables para el financiamiento y estructura organizacional de la empresa, es una de las principales razones por las cuales las empresas de base tecnológica en sus inicios, no prosperan.

Por ejemplo, con lo sucedido con Bioenergy Bioenergy S. A. S. y Bioenergy Zona Franca, controladas por el Grupo Ecopetrol. En el 2020, la dura competencia por el etanol importado, la baja productividad y atrasos en los productos generaron la crisis financiera por la cual éste se disolvió. No obstante, para el 2023, la empresa fue reemplazada por Agrícola de Los Llanos; protegiendo más de 700 empleos directos. Por otra parte, la región es líder en la producción de bioenergía (siendo Argentina, Brasil y Colombia los países más avanzados  en este campo), y hay esfuerzos ampliamente conocidos para institucionalizar la valorización de la biodiversidad.

Sin embargo, también considero que existe un factor emocional -más allá de los otros factores que mencioné anteriormente- por el cual dichas empresas pueden no prosperar. Habitualmente, escuchamos día a día las siguientes frases: “...en un país como Colombia no se va a lograr”, “...para qué hacemos esto si estamos en Colombia” y “En Colombia, lo más probable es que no funcione…”. Es claro que la desmotivación y la desilusión juegan un papel fundamental en el surgimiento y desaparición de nuevos emprendimientos, incluso, si el individuo emprendedor pierde la pasión en un primer momento, estará “destinado” a fallar. Algunos podrán estar en desacuerdo con este argumento, pero está claro que en Colombia sí hay oportunidades para salir adelante en biotecnología, hay encontrar la estrategia necesaria para que la organización tenga recursos, inversores y motivación. 

Por mi parte, en 30 años, estoy seguro que Colombia (aunque sea lo más mínimo) destacará en su potencial en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.


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